domingo, 31 de agosto de 2008

El mundo de Dostoievski

Uno de los pilares de nuestro plan de lectura es Dostoievski y en particular “Los hermanos Karamazov”.
Para algunos, incluso para mí, la lectura de esta obra es un poco tediosa, si tenemos en cuenta que la literatura actual no nos demanda mucho trabajo.
En los Karamázov la atmósfera está todo el tiempo cargada de pensamientos, idas y vueltas, donde el egoísmo, la ingratitud, el tedio, el odio, el resentimiento, el amor aparecen uno tras otro hasta hacernos caer en la cuenta que no hay nada más real que esa descripción, nada de lo que allí sucede no sucede aquí. Ningún personaje es unidimensional.
A los lectores se nos hace difícil “encasillar” a los personajes, justamente porque nuestro devenir mental es, también, contradictorio y esquivo y elude parecerse a ellos, al menos en el plano consciente.
Si bien para mí la lectura de esta obra es trabajosa, creo que es indispensable conocerla y entrar en ella. La lectura de Dostoievsky es una marca en la lectura, un antes y un después.

Leyendo algunas notas sobre la obra de Dostoievsky me encontré con algo escrito por Octavio Paz*:

Dostoievski fue uno de los primeros – tal vez el primero – que se dio cuenta del nihilismo moderno… el nihilismo moderno no desemboca ni en la impasibilidad filosófica ni en la beatitud de la ataraxia; más bien es una incapacidad para creer y afirmar algo, una falla espiritual más que una filosofía. El verdadero nihilista no danza ni ríe, va de aquí para allá sin poder jamás descansar pero también sin poder hacer nada.
Está condenado a dar vueltas, hablando con sus fantasmas. Su mal es una continua insatisfacción, un no poder amar a nadie ni a nada, una agitación sin objeto, un disgusto ante sí mismo.
Sin embargo, Dostoievsky quiere escapar del nihilismo por la afirmación y la alegría, su respuesta se da en personajes como Dmitiri Karamazov o Aliosha, la respuesta, para él, no está en la filosofía sino en la vida. La refutación al nihilismo es la inocencia de los simples.
En su mundo hay santos y criminales, idiotas y genios, mujeres piadosas y niños que son ángeles atormentados por sus padres. Mundo de criminales y justos; para unos y otros están abiertas las puertas del reino de los cielos. Todos pueden salvarse o perderse.
A diferencia de Flaubert, James o Proust, las ideas son reales para él, pero no en sí mismas sino como una dimensión religiosa de la existencia.
Las novelas de Dostoievsky son parábolas religiosas y su arte está más cerca de San Pablo, San Agustín y Pascal que del realismo moderno. Al mismo tiempo, por el rigor de sus análisis psicológicos, su obra anticipa a Freud y, en cierto modo, lo trasciende.
Debemos a Dostoievski el diagnóstico más profundo y completo de la enfermedad moderna: la escisión psíquica, la conciencia dividida. Su descripción es, simultáneamente, psicológica y religiosa.

*El Correo de la Unesco – Página 22 – Una profecía de nuestro tiempo

ataraxia.
(Del gr. ἀταραξία, imperturbabilidad).
1. f. Fil. Imperturbabilidad, serenidad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Siempre es un placer volver sobre el gran escritor Dostoievsky, me pareció muy buena esta crítica.
Gustavo